ESCUELA SECUNDARIA N°89
Cartilla de actividades
Curso: 1° I Y 1°II
Espacio curricular: Historia
Turno: mañana
Prof.: Cabrera Grisell
(COPIAR EN LA CARPETA)
TEMA: Los grandes imperios de la antigua Mesopotamia
Entre las distintas ciudades mesopotámicas había frecuentes guerras y conflictos: luchaban por adueñarse de las mejores tierras y por controlar el agua y las rutas comerciales. En ocasiones, alguna ciudad vencía a la demás y dominaba así un territorio más amplio. Sobre esta base, a partir del 2350 a. C. se formaron grandes imperios, en los cuales el poder estaba en manos de un rey o emperador, que casi siempre era un gran guerrero y jefe militar. Por la fuerza de las armas, gobernaba tierras y pueblos muy diferentes, que mantenían su propia lengua, religión y costumbres pero que pagaban impuestos al conquistador. Sin embargo, como consecuencia de las frecuentes rebeliones de las poblaciones sometidas y de los ataques de otros pueblos, esos gobernantes no podían mantenerse durante mucho tiempo y se iban sucediendo unos a otros.
Acadios, guteos y amorreos
Hacia el año 2500 a.C., el norte de la Mesopotamia estaba habitado por un pueblo de origen semita: los acadios. Sus principales ciudades eran Akkad, Kish y Babilonia.
Alrededor de 2350 a.C., Sargón, príncipe de Kish, unificó el norte de la Mesopotamia y estableció su capital en Akkad. Luego, emprendió la conquista del país de los sumerios: una tras otra, las ciudades del sur fueron cayendo en manos del conquistador. Finalmente, Sargón logró unificar toda la Mesopotamia en un solo reino, que se extendía desde el Golfo Pérsico hasta las costas orientales del Mediterráneo. Sus sucesores emprendieron nuevas conquistas, pero después de la muerte de su nieto, el poderoso Naram- sin, la unidad del Imperio acadio se debilitó. Finalmente, hacia el año 2200 a. C., Akkad fue arrasada por los guteos, un pueblo guerrero llegado desde los montes Zagros.
Luego de la dominación acadia, renació el sistema político sumerio basado en las ciudades-Estado independientes. Fue en esta época que gobernó el rey Gudea de Lagash, a quien se lo recuerda por la prosperidad que trajo a su pueblo. Tras su muerte, los soberanos de la ciudad de Ur triunfaron militarmente sobre las demás ciudades sumerias y terminaron estableciendo un nuevo imperio. Pero su dominación fue muy breve, ya que hacia el año 1880 a. C., los amorreos, un pueblo nómada de origen semita, invadieron la Mesopotamia y lograron imponer su dominio sobre gran parte de la región.
El reinado de Hammurabi
Entre 1800 y 1750 a.C., Hammurabi, rey amorreo de la ciudad de Babilonia, unificó toda la Mesopotamia y fundó así el primer Imperio babilónico.
Durante su reinado, Hammurabi impuso al dios Marduk de Babilonia como Babilonia como divinidad principal de su imperio y mandó construir un palacio en la ciudad de Mari, a orillas del río Éufrates. También recopiló antiguas leyes, tradiciones y costumbres, y en 1753 a.C. las reunió en un código, que estableció como ley en todas las ciudades bajo su dominio. Hammurabi mandó colocar la estela en que se grabó su código en el templo más importante de Babilonia. Según se leía en la introducción, la recopilación de leyes tenía el propósito de “castigar a los malos e impedir que el fuerte oprima al débil”. En la parte superior de la estela se observaba al rey parado frente a Shamash, dios de la justicia y quien imparte las instrucciones y mandatos.
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